Sergio
Batería: Sergio Aranda Abengozar
@SergioArandaA

De pequeño me gustaba ponerme delante del equipo de música, coger cuatro banquetas, cojines, coger los palos que encontrara por ahí y empezar a tocar sobre la música que sonaba. Nunca pedí ningún instrumento, lo que pasa que me gustaba la percusión, además, miembros de mi familia tocan la percusión.
A los 5 años, me operaron de las orejas. Al salir del hospital, me regalaron unos bongos y desde ahí, empezó todo. Yo no paraba de tocar en casa y mis padres no podían más conmigo. Un día mi madre me dijo que me había apuntado a unas clases de percusión que hacía en mi barrio la percusionista del grupo "China Chana". Empecé a ir y me lo pasaba muy bien. Llegaba a casa con las manos llenas de moraduras y muy hinchadas. De ahí aprendí cómo tocar los bongos, ya que era el instrumento con el que yo iba a tocar.
Los ritmos me los iba guardando en mi cabeza y alguna vez, me daba por escribir algo en un papel. Mi madre se fue moviendo por ahí hasta que me apuntó a la prueba de acceso del Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza. A mis 12 años, entré en el conservatorio ya que quedé el primero en la prueba de acceso con un 8´6.
Fuí desenvolviéndome con los instrumentos y un día, por sorpresa, me compraron una batería electrónica. Solía descargarme canciones de Mago de Oz, Ska-p, Green Day y hacer como si fuera un concierto, ya que mientras sonaba, yo tocaba por encima lo que creía que iba a quedar bien. Fueron pasando los meses y cada vez fui mejorando gracias a ese método. Tuve varios problemas, la batería se estropeaba mucho, el primer cajón que me compré salió muy malo y también se juntaron varios problemas familiares en los que se me impedía tocar e ir a clase. A pesar de todo conseguí avanzar poco a poco y volverme a centrar.
Hoy en día, sigo en el conservatorio y en las clases de cajón. A veces doy alguna clase de percusión tanto para gente mayor como para gente joven. Ya me he movido por varios escenarios, y ya voy conociendo ese mundillo.
El camino por ahora no me ha sido fácil, pero merece la pena.


Conciertazo de Trasmoz

Dándole al cajón ( concierto Esperanzarte)
